La globalización es un fenómeno biológico y social
La globalización es un fenómeno biológico y social
No es la consecuencia de una supuesta doctrina neoliberal ni de ninguna otra ideología
La globalización, tal como se conoce en la actualidad, no ha sido la
primera en la historia de la biosfera y del hombre, donde hubo y habrá
fases de expansión y de apertura, seguidas por fases de contracción,
retracción, cierre, separación y aislamiento. El síndrome más común y
más inquietante de la globalización es el de los ganadores-perdedores,
que se aplica a todas las entidades, desde lo biológico a lo económico y
social. En términos económicos y sociales, las brechas entre países y
en el interior de cada país no son deseables ni siquiera para los
“ganadores”, ya que estas brechas implican un aumento de la inseguridad
(nacional y planetaria. Estas brechas debidas a la globalización no son
inevitables siempre que no se cometan dos errores fundamentales: el
pensamiento único y la pasividad social, ya que la globalización no es
la consecuencia de una supuesta doctrina neoliberal, ni de ninguna otra
ideología. Por Francesco Di Castri.
Ganadores y perdedores
El síndrome más común y más inquietante de la globalización es el de los
ganadores-perdedores (winner-loser syndrome). Algunas entidades
(especies, ecosistemas, individuos y comunidades humanas, países y
economías) tienen una capacidad o voluntad mayor de adaptación al
cambio, salen favorecidas por las nuevas interacciones, interfaces y
conexiones, y ganan en fuerza y poder de expansión.
Otras entidades – por razones inherentes o circunstanciales o por
fuerzas exteriores – no se adaptan igualmente bien (y a menudo ni
siquiera comprenden la naturaleza y el sentido del cambio), y pierden
desde un punto de vista biológico (extinción de especies), económico
(baja de los ingresos y dependencia de los otros) y sociocultural
(destructuración social y pérdida de identidades culturales). Las
brechas (gaps) tienden a aumentar considerablemente.
En términos geopolíticos y sociales, las brechas aumentan no solamente
entre países, sino también al interior de cada país – desarrollado o
subdesarrollado – que tiene su parte de ricos y su parte de pobres
marginalizados. Esta brecha interior entre ricos y pobres tiende incluso
a ser mayor en países en vías de desarrollo, o claramente
subdesarrollados, que en los países en la fase más avanzada de
desarrollo.
El síndrome de los ganadores-perdedores se aplica a todas las entidades,
desde lo biológico a lo económico y social. Así, el aumento de los
contactos (o el establecimiento de nuevas formas de contacto) ha
permitido a muchas especies que vienen desde afuera (especies invasoras)
desplazar especies locales y autóctonas hasta su misma extinción.
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